por Antonella Mele

Desde sus orígenes, el cine italiano ha reflejado la riqueza lingüística y cultural del país, donde, pese a la unificación política en 1861, persiste un mosaico de identidades locales. El italiano estándar convive con una multiplicidad de dialectos y lenguas regionales, una diversidad que ha sido constante en la producción cinematográfica. Los cineastas han explorado tanto la estandarización del idioma como la persistencia de las variedades locales en la construcción de la identidad nacional.

Desde el Neorrealismo hasta la actualidad, el uso del dialecto en el cine italiano ha cumplido funciones diversas. En películas neorrealistas como *Roma, città aperta* (1945) o *Ladri di biciclette* (1948), el italiano estándar convivía con acentos y expresiones dialectales que conferían autenticidad y profundidad a los personajes. En los años siguientes, autores como Pasolini utilizaron los dialectos como un acto de resistencia cultural, reflejando las tensiones entre la modernización y las raíces populares.

En los últimos años, el cine italiano ha seguido explorando la cuestión lingüística, recuperando el valor de los dialectos no solo como elementos de realismo, sino también como herramientas narrativas y simbólicas. Películas como *Vermiglio* (2022) de Michele Pennetta y *La stranezza* (2022) de Roberto Andò ilustran esta tendencia. En *Vermiglio*, el dialecto trentino es clave para abordar la relación entre historia, memoria e identidad, convirtiéndose en un vehículo de transmisión del pasado y resistencia cultural. Por su parte, *La stranezza* sitúa el siciliano en el centro de su narrativa al ficcionalizar un episodio de la vida de Luigi Pirandello y su encuentro con dos actores populares sicilianos. Aquí, el dialecto no solo aporta autenticidad, sino que también explora la frontera entre la lengua culta y la tradición oral, un tema central en la obra de Pirandello.

Para los espectadores que estudian italiano estándar, este uso de las variedades dialectales puede representar un desafío, ya que muchas de estas películas no solo incorporan términos y expresiones propias de los dialectos locales, sino que también recurren a lo que el sociolingüista Gaetano Berruto define como «italiano regional». Según Berruto, el italiano regional no es un dialecto en sí mismo, sino una variante del italiano estándar que incorpora elementos fonéticos, léxicos y sintácticos propios de cada región. En este sentido, muchas películas actuales reflejan una realidad lingüística intermedia, en la que el italiano no se presenta como un código uniforme, sino como un continuo en el que conviven influencias locales.

El cine italiano contemporáneo sigue, por tanto, utilizando la pluralidad lingüística como una herramienta expresiva para abordar cuestiones identitarias, históricas y sociales. En una época en la que la globalización tiende a homogeneizar las lenguas y las culturas, películas como *Vermiglio* y *La stranezza* reafirman la importancia de la diversidad lingüística y del dialecto como parte fundamental del patrimonio cultural italiano. Al mismo tiempo, invitan a los estudiantes de italiano a reflexionar sobre la complejidad del idioma en su uso real y a familiarizarse con las variaciones que enriquecen su aprendizaje y comprensión del país y su cultura.

El cine es un espejo de la diversidad lingüística y cultural de Italia. ¿Alguna vez has tenido dificultades para comprender el italiano en una película? ¿Qué opinas del uso de los dialectos en el cine?

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